Neurálgica: Génesis panóptica y
fragmentación vertebrada
Dr.
Francisco Flores-Cuautle
Wichita
State University
Pero, las tinieblas son ellas mismas las telas
donde viven, brotando de mis ojos por millares,
los seres desaparecidos de
las miradas familiares.
Charles Baudelaire, “Obsesión”
Durante mi última
visita a México tuve la fortuna de observar cómo una amplia gama de artistas
jóvenes experimentan, piensan y recrean su poliédrica realidad por medio de
posturas creativas diversas. El escritor mexicano Daniel Carpinteyro examina esa
realidad a través de un intenso y lúcido poemario: Neurálgica (Verso Destierro/Profética, 2011). Este poemario se
caracteriza por desarrollar una penetrante voz interior que explora panópticamente el mundo y sus formas
infinitas. En Neurálgica se
desarrolla una poesía incisiva cuya voz se desplaza entre un microcosmos íntimo
y doloroso y una naturaleza salvaje compuesta por materias disímbolas: “El
conflicto de partículas escala hasta la crítica masa…” (6). En Neurálgica, cada paso que da la voz
poética se fractura en derivaciones que se vertebran como un ditirambo contemporáneo
cargado de rabia y delirio crónico. Estamos ante las semillas de una germinalia que se va convirtiendo en un
mapa lleno de naufragantes coordenadas
fragmentarias:
Desciende en ti, ya no emerjas.
La superficie es veleidosa. No hay,
nunca hubo nadie. Todo lo que
abarcan los sentidos
es archipiélago de trozos
irreconciliables. (7)
Las cinco
partes que componen Neurálgica: “Germinales”,
“Cuerpo límite”, “Dislocadores”, “Desastres naturales”, y “El malogrado”,
conforman una sinfonía cuyos movimientos se alimentan de la mitificación y
desmitificación de un uno mismo
pluralizado que viaja trazando la oda de Los raros de Rubén Darío y las Vidas
imaginarias de Marcel Schwob:
Mártires Artistas del extremo de los
tiempos,
Les saludo con el labio de mi herida
anómala.
Hoy desangraré tinieblas
De mi noche continua. (21)
El ideario que
subyace en Neurálgica es el de taxonomizar cada uno de los pensamientos y las
experiencias de la voz poética—de la misma forma en que Aristóteles se preocupó
por clasificar cada uno de los singulares e infinitos componentes del universo.
Por lo tanto: los actos obsesivos de querer observar, sentir y conocer todo (lo
micro-cósmico-interior y lo macro-cósmico-universal) conforman la metodología
creativa utilizada para comprender la propia enfermedad (energía seminal del
poemario), pero no para sanarla sino para recrearse en ella y poder soportarla.
La identidad
fragmentaria de la voz poética que domina en Neurálgica se nos presenta como un intento por reconstruir el
cuerpo (mental y material) doloroso y decadente que aspira a poseerse de nuevo a
través de sensaciones diversas y sinuosos trayectos poliédricos. Es así como la
voz poética se fractura y se vuelve un mapa existencial que grita
voluptuosamente:
Aquí destrozo el espiral especular.
Abordo el Metro hacia el Panóptico.
(78)
En suma, Neurálgica es la génesis fascinante de
una voz poética que desde la fragmentación vertebra su teratológico panóptico; su personalísimo oficio de
tinieblas.
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